UNA SEMANA DESPUES DE QH... ¿Y AHORA QUE?

Ha pasado una semana de la celebración de la Quebrantahuesos. ¿Y ahora qué? ¿Hay vida después de la QH? Pues claro que sí. El que más el que menos encuentra cositas que hacer para seguir saliendo en bici.

Unos las risas, otros las cervezas, otros ganar al rival de grupeta al que le tienes ganas (ahora con tu estado de forma post-QH igual puedes), otros aprovechan ese estado de gracia para disfrutar de la bici con facilidad de pedaleo, otros encuentran multitud de citas en este verano que se presume cálido y largo... Vamos, que no nos vamos a aburrir.

Pero hay algo diferente en el ambiente. Ha desaparecido la tensión, los nervios, el entrenar por obligación, el sentirse mal si no haces kilómetros, el sentirse peor si te zampas dos huevos fritos con longaniza, el torturarse si no alargas los kilómetros y sí que alargas la cerveza de después del entreno. Bueno, en definitiva que empieza la época estival y todo es más relajado.

Este fin de semana ha sido buena muestra de ello. El sábado en el habitual recorrido a Alcubierre y Leciñena se contaron con los dedos de la mano los que bajaron a Alcubierre. Fuimos legión los que en el alto nos dimos la vuelta para bajar a almorzar en Leciñena, y tan normal. El almuerzo largo, largo, largo y gracioso. La vuelta tranquila, tranquila, tranquila... bueno a excepción de unos gritos de pánico de Serafín en la rotonda de San Mateo porque según él los de delante iban muy deprisa. Lo solucionamos rápidamente dejándoles marchar. No problemo.

El domingo, con un calor agobiante, desoímos todas las recomendaciones de protección civil de permanecer en casa y no hacer deporte y dimos la vuelta por Belchite y La Puebla de Albortón. A un ritmo que se podía llevar, cortesía de Javier Ruiz, dimos la vuelta entera sin parar (bueno, un par de pinchazos: Uno de Rafa tempranero que aún dormido cogió un agujerito para despertarse, y otro de Luisito que probó que unas buenas cubiertas no aguantan un clavo de 4 centímetros). Al final a la llegada a Zaragoza un refrigerio y risas. Otro fin de semana más... o menos.

Carmelo "El aguelico" tocó el violín toda la mañana. En algún momento se despistó con el avituallamiento líquido, pero llegó a Zaragoza "a lo campeón".

El grupo subiendo el mítico repecho de los militares.

Ignacio en buena forma y finito subiendo hacia Belchite.

Ángel "El letrao" también esta fino, fino...

Para muestra, un botón. ¡Pedazo de piernas! gasta "El letrao".

El grupo afrontando la larga recta camino de Belchite.

Luis y Chepe arreglando el pinchazo del "clavito".

Sefarín esperando a volver a ponerse en marcha.

Ángel, José Manuel y Chepe sonrientes en un buen domingo.

Giorgio rodando con tranquilidad.

Agustín, también muy tranquilo,  alargó por Villanueva camino de María de Huerva.