El Blog de Zaragoza Racing se presenta como punto de reunión de un grupo de amigos, unidos por una afición común: el ciclismo

sábado, 23 de marzo de 2013

AQUELLOS MARAVILLOSOS AÑOS



Año 1983. Allí empezó todo. Al menos para mí. También para muchos españoles. Un equipo navarro, el Reynolds, acudió a competir al Tour de Francia. Hasta entonces territorio vedado para los ciclistas españoles. Era de locos ir a esa carrera de tres semanas, ni mucho menos a las clásicas de primavera. Quita, quita, que por allí están locos. Sólo Ocaña, castellano de Cuenca pero francés de costumbres y residencia, y Bahamontes, castellano de Toledo y con una mente… digamos “especial”, habían triunfado en el Tour de Francia.

Junto con esa avanzadilla española la TV de entonces retransmitió la carrera. La Vuelta a España de aquel año se televisó también, con victoria del francés Hinault y con una disputa que tuvo de todo: una subida memorable a los Lagos de Covadonga, una trifulca entre el fallecido Alberto Fernández y el francés, y la mítica etapa de la sierra de Ávila, donde Hinault “El tejón” perpetró uno de los mayores destrozos que se han vivido en una carrera por etapas. Lejarreta siempre nombra esa etapa cuando le preguntan de bicis, y el joven Gorospe (líder hasta entonces) perdió más de veinte minutos por retar a Hinault. Eso enganchó al público español y desde entonces vimos el ciclismo y nos enamoramos de él.

Le Fou des Pyrénées, el loco de los pirineos, esta foto corresponde a la edición de 1984. En ella se ven las no menos míticas zapatillas R100 blancas que impuso Reynolds. Por aquel entonces todo lo que no fueran zapatillas negras era sacrilegio y sancionable.

Así que… ¿dónde estábamos? Ah sí, 11 de Julio de 1983, 10 etapa del Tour de Francia. 198 kilómetros. Se suben Aubisque, Tourmalet, Aspin y Peyresourde. Dos especiales y dos primeras, casi nada. El vídeo cuyo enlace (clicar en él para verlo) está al final, tiene condensado gran parte de lo que era aquel ciclismo, aquel diferente y maravilloso ciclismo. Merece la pena darle un vistazo con todo el cariño y recordar lo que era, de lo que estaba hecho, y lo que nunca volverá a ser (para bien y para mal, que conste).


Min. 0:57  Patrocinio Jiménez, colombiano vestido con lo que fue un mítico maillot, y Robert Millar, el escocés del pendiente que hoy en día es Roberta la escocesa con collares, suben juntos escapados.
Min. 1:07  Aquí en Francia, un ratico con la bici” A falta de un puerto para el final de la etapa y de charleta por el valle. Impensable hoy en día.
Min. 1:12  Pascal Simón, de la saga de los Simón de toda la vida, hablando con la cámara. “Nada, por aquí estamos. ¿Queda mucho?”.
Min. 1:27  Otro modo de subir. Pedro Delgado “Perico” parece en plena clase de spinning. “Vamos chicos… 1, 2, y 3 y nos relajamos”. Vaya chepazos. Nada más alejado que los “cyborgs asesinos fieras” que pedalean según les manda sus SRAM y su nutrición especial de hoy en día.
Min 1:46  ¡Ese ataque bueno! A lo globero traidor en Alcubierre. “Cuando vea los últimos 200 metros del puerto le sacudo a este un buen sartenazo”.
Min. 2:02  De aquí se empezaron a sacar aquello de “los colombianos no bajan”. Vaya trazada de curva.
Min 2:08  Aquí empezó también la leyenda de Perico en Francia. Delgado vio que le faltaba terreno de descenso para pillar a Millar, así que ni corto ni perezoso adoptó esa postura arriesgada (mirad como se le mueve y bota la bici de detrás) para recortar tiempo. Casi lo consigue. Al final le faltaron 6 míseros segundos para ganar la etapa. Pero lo que sí que consiguió fue la portada del diario L`Equipe del día siguiente con el titular “Le fou des Pyrénées”, el loco de los Pirineos. Perico ese día reconoce que se dio cuenta que podía ganar la carrera. En los Alpes, Joux Plane, la versión “cualquier cosa puede pasar con Delgado” apareció por primera vez y cogió un pajarón de 25 minutos que le hizo perder aquel Tour del 83. Tuvo que esperar al 88 para ganar.
Min 2:32  La llegada a meta de los corredores. Obsérvese con cariño la infraestructura de meta de hace 30 años. Cuéntame.

Pues sí, el ciclismo era diferente, las medias también. En aquella etapa fueron 30,981 km/h. Hoy en día al borde del fuera de control con las medias actuales y el tren marcado por el US Postal o Sky de turno. El ciclista, el artista de la bici, tenía algo que decir y hacer en cada etapa. No eran máquinas cientificas de dar pedales. A mi aquello me encantaba. Espero que veáis y disfrutéis el video tanto como yo cuando nuestro buen amigo Miguel “Chiqui” me lo envió. ¡Gracias!.



2 comentarios:

miguel dijo...

Gran analisis, como siempre. Muy bueno lo del 1:07. ¡Ni con Los Conejos se va ya tan relajado!

Charly dijo...

Pues si, esto es lo que mas me gustaba!