El Blog de Zaragoza Racing se presenta como punto de reunión de un grupo de amigos, unidos por una afición común: el ciclismo

sábado, 25 de septiembre de 2010

SEXTA ETAPA


Sarria – Santiago de Compostela
Kilómetros 117
Tiempo empleado 4 horas 38 minutos
Velocidad media 25,2

Sexta y última etapa de nuestro gran Camino de Santiago. Salimos desde el Hotel Mar de Plata en Sarria. Retomamos nuestro horario habitual toda vez nuestro nutricionista nos dice que estamos suficientemente hidratados. Lamentablemente vuelve a salir un día magnifico, luego PLENO: ni un puñetero día con agua. Fíjate que nos habíamos empeñado en mojarnos, pero no ha sido posible. No obstante algunos de los meteorólogos del lugar habían previsto algo de agua en esta última etapa (95% de probabilidad de lluvia) con lo que el Chaval opto por montar neumáticos mixtos y un revolucionario difusor para lluvia (homologado por la FIA). Su bici provoco desde extrañeza a envidia en el grupo dado tan revolucionario elemento.

Los preparativos previos a la salida. Despliege técnico cortesia de Manolo.

El grupo formado para salir.

Ignacio con su bici con difusor homologado para agua
                                  
En esta última etapa salimos equipados con nuestro trajecito blanco (modelo primera comunión), no en vano hoy es el día que vamos a ver al apóstol Santiago. Como se puede ver en los documentos gráficos vamos muy majicos y nos queda a casi todos muy bien.

El Zaragoza Racing Team al completo.

Bella etapa en cuanto al recorrido. No hay ningún puerto puntuable en el día de hoy, tan sólo 35 “cacharritos”. Sí, sí, han leído bien… 35 cacharricos de diversas longitudes y durezas que en ningún momento nos amilanan ni nos hacen desistir en nuestro empeño de llegar a Santiago. En todo el recorrido es habitual encontrarse con filas de peregrinos andarines. Ellos están a tres etapas de Santiago, nosotros nos encontramos a tres horas. Son dos formas de hacer el Camino.

Primer cacharrico de la jornada en grupo

 


Paralelos a los peregrinos andarines en otro cacharrico

Otro cacharrico más. Las fuerzas igualadas.




Y otro...



Y otro...


Otro más...




Serafo: ¿Pero cuantos de estos cacharricos hay?




Otro cacharrico al más puro estilo clasica de primavera.



Pasamos por las localidades de Portomarín, cruzando el puente sobre el pantano.  Más tarde Palas de Rei y Arzua, pero en ese momento “Googleman” anuncia: Melide, “Pulpería Ezequiel”. Cumpliendo sus instrucciones, como no puede ser de otra manera, nos metemos en tan afamado establecimiento con bici incluida. Nuestra mesa está reservada, y nuestro nutricionista vuelve a acertar de pleno. Pulpo, pimientos de padrón  (que no pican), cachelos, más pulpo, más pimientos, albariño, cerveza, más albariño, más cerveza, algo de café y carajillos. En esta ocasión tenemos la sensación de haber cumplido con la dieta marcada si cabe con mayor celo y ahínco de la cuenta. No obstante nuestro nutricionista nos aclara que tener reservas en el organismo nunca está de más. 

Foto de grupo en el almuerzo

El pulpo EXQUISITO

Los restos del naufragio ¿Será suficiente pulpo?


En el almuerzo estamos rodeados de peregrin@s, de todas las nacionalidades y es ahí donde nuestro amigo Carmelo entabla una maravillosa amistad con una cupletista inglesa. A Mariano no le importa sumarse de inmediato a la conversación (en un perfecto inglés) y les explica las excelencias de la gastronomía gallega. Rememoraron las viejas tradiciones al estilo de Benidorm, con una bonita sesión de aeróbic. Las hijas de la Gran Bretaña no cabían de gozo con estos momentos de hermanamiento.


Primeras indicaciones de aerobic por Carmelo.


Le gustó a la inglesa la ropica de primera comunión.

Mariano "Gentleman" en su perfecto inglés.


En términos taurinos llegando al final de la faena, con los carajillos en marcha (tuvimos dos sobreros disfrazados de café y ron), llegan los momentos de cánticos regionales, prometer y prometer,   exaltación de la amistad hasta el ya clásico “deberíamos irnos por que si no…”

Carmelo y Manolo en perfecta armonía. Cuernos de diablillo al estilo pimiento de padrón.

Parece que hemos almorzado bien.

Un almuerzo sin carajillo no es almuerzo.

No todo son risas, el Letrado trabaja un poco.

El Largo también se ha traido la oficina.

 Manolo tiene el gran detalle de invitarnos al almuerzo, cosa que nosotros celebramos enormemente y no nos cansamos de alabar. Manolo se sonroja (es un hombre tímido) al grito de “Que grande que eres” y el no menos clásico “Manolo, Manolo, Manolo es cojonudo” que es coreado por toda la pulpería, incluidas las guiris, que a estas alturas no salen de su asombro de ver a tan peculiar grupo de peregrinos. 

Manolo con su camiseta homenaje al último día.


Salimos de la pulpería, con gran pesar de algunos. Carmelo necesita una barrita energética y descubrimos, llenos de pavor, que sus bolsillos guardan una nada despreciable cantidad de miga de pan gallego. Nuestro nutricionista le había estado hablando la noche anterior de las excelencias de los hidratos de carbono. En el recorrido de salida “Googleman” nos indica el camino de manera admirable.

Barritas no, pero mira que pan gallego tengo. Serafo se mea de risa.

Googleman con los logos del equipo marcando la ruta.


La salida del almuerzo marca el décimo octavo “cacharrito” y se empieza a fraguar lo que será la batalla del día (quizá incluso la batalla de todo el Camino). Serafín y Juan, que no han tenido tiempo de ir al baño en las dos horas de almuerzo, deciden parar por su cuenta. Quedan irremisiblemente separados de la locomotora blanca. López  “El Delfín” decide intentar reintegrarlos a la disciplina del grupo, toda vez la velocidad del mismo no solo no ha bajado un ápice sino que podríamos decir que ha aumentado. Los dos minutos de diferencia entre el grupo cabecero (los astuticos) y el trío perseguidor (los meones) parecen insalvables en algunos momentos, pero el buen hacer rodando del Delfín y la capacidad de sufrimiento de Serafín y Juan aguantando el vomito y el sabor a sangre en la boca obran el milagro. Dos cacharricos más tarde la unión era un hecho. 

Todavía juntos. Serafo y Juan se piensan la parada técnica.

En persecución.
La velocidad no es mala, pero ni se ven.




¿Quien sufre y quien no? La cara el espejo del alma.

Por fin... reunificación al coronar el cacharrico vigesimoprimero.



Seguimos la parte final del Camino, pasando por Pedrouzo y llegando al monte do Gozo, con cacharrico final al más puro estilo clásica (es nuestro repecho trigésimo quinto de este maravilloso día). Dos peregrinos (de los que no daremos sus nombres) deciden emular a Benedicto XVI pero en vez de besar el suelo prefirieron en este cacharrico arrastar las calas por el suelo, poniendo pie a tierra, no sabemos si por devoción debida la cercanía del Apóstol o porque no podía ni con su alma. Siempre nos quedará la duda. Santiago está a nuestros pies y hacemos nuestra entrada en la Plaza del Obradoiro seis días después de nuestra salida de Somport y con casi 900 kilómetros pedaleados en nuestras piernas.

Santiago por fin. El grupo en la Plaza del Obradoiro.

Nuestras camisetas personalizadas... un detallazo Angel.


MISION CUMPLIDA. Otro éxito sin precedentes del Zaragoza Racing Team.

PD. A pesar de nuestra innegable rentabilidad publicitaria y de nuestra labor de embajadores de Zaragoza por toda la geografía española, seguimos sin ninguna subvención ni pública ni privada. Esperamos que los próceres de nuestra siempre heroica e inmortal Ciudad de Zaragoza tomen buena nota para que en el futuro se solucione esta situación. Uno de los mejores activos de la ciudad debe ser cuidado y además los almuerzos no son nada baratos.


1 comentario:

Unknown dijo...

Hola Muchachos, buenos días:
¿Pero no os banchábais nunca?
Os pareceis al 'James Boone' despues de una trifulca.
Me da la sensación, que el abuelico Manolo, os ha maleducado, y dados demasiados mimos. No es mala idea, ya se ha ganado el puesto de conductor para el siguiente Tour.
Lo que más envidia me da, el buen ambiente, y para no ser falso, EL PULPO.

Getxo a 27 de Septiembre de 2010
Un saludo Jon